El artículo discute las secuelas sociales y personales del terremoto ocurrido en Chile el 27 de febrero de 2010, así como las labores de reconstrucción que debe emprender la sociedad chilena. El autor se centra en el aspecto comunitario de esa reconstrucción, a la vez que provee algunos lineamientos para el diseño urbano de las zonas afectadas.